Una serie de violentos enfrentamientos entre manifestantes y efectivos policiales se registraron en las inmediaciones del estadio Mineirao, en Belo Horizonte, donde Brasil y Uruguay se midieron en la semifinal de la Copa Confederaciones.
Un grupo intentó derribar las barreras metálicas instaladas en uno de los accesos al estadio Mineirao y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, según el sitio web G1.
La manifestación se dispersó a raíz de la reacción policial, generando disturbios en las calles cercanas al estadio que se prolongaron por más de media hora.
En tanto, otro grupo continúa concentrado en la entrada del viaducto José Alencar, muy próximo a donde comienza el bloqueo policial.
Según informó la policía, además de esa concentración hay varios focos de conflicto en otros lugares cercanos al estadio, en los cuales los activistas atacan a los efectivos intentando vulnerar las barreras de contención.
La policía de Belo Horizonte, que confirmó la cifra de 40.000 manifestantes, precisó que 14 personas fueron detenidas por llevar "material de depredación: máscaras antigases, palos, piedras y cuchillos".
El estadio Mineirao fe protegido por una barrera policial donde se desarrolló el partido que terminó con agónico triunfo local por 2-1.
Los jugadores de ambas selecciones llegaron al estadio en autobús, y no en helicóptero, como se especulaba.
Más temprano, manifestantes bloquearon cinco rutas e incendiaron un autobús en la periferia de Belo Horizonte, que con 5,5 millones de habitantes es la tercera metrópoli de Brasil. La policía desbloqueó luego las carreteras.
Otras manifestaciones están previstas en ciudades como Brasilia, donde se prevé que marchen 40.000 personas.