Líder en la tierra y en el cielo.
Vladimir Putin manda -y mucho- en el vasto territorio ruso. Pero lo que no sabíamos es que también es líder en el cielo, más concretamente al frente de una bandada de cigüeñas -sí, cigüeñas- en la localidad noriental de Yamal. Y es que hasta allí se desplazó el presidente ruso para acompañar en su vuelo a seis de estas simbólicas aves en su camino migratorio desde Siberia hasta Asia Central.
El jefe del Kremlin, en otro de sus intentos por forjar una imagen que lo retrate como amante de la naturaleza y hombre de acción capaz de grandes hazañas, se puso un traje blanco y voló un ala delta motorizado con el que lideró la bandada de cigüeñas nacidas en cautiverio.
Un sonriente Putin señaló que las aves "se acostumbran. Ellas no tiene miedo de adelantarse al avión delta. Son hermosas y bastante grandes para su edad". Agregó, tras aterrizar, que "las aves se adelantaron y volaron por todos lados. Fue muy lindo".
El ejercicio pretende promover la incitativa animalista que busca proteger a las cigüeñas de la extinción. Pese a que Putin quiso ser el ave alfa de la fiesta, medios locales criticaron su acción y se burlaron de que la nave fue piloteada por otra persona vestida de blanco. Se dijo incluso que usaría un pico para despistar a los ejemplares.
Con una oposición que no ha descansado, Vladimir Putin vuele a realizar este tipo de acciones en medio de un clima social agitado en Rusia. En su tercer mandato el ex espía siguió su vuelo hasta la cumbre del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) que se realiza en Vladivostok.