La ministra de Salud, Helia Molina, envió una circular a los hospitales de Chile donde se guía a los doctores en caso que atiendan a una paciente que se haya practicado un aborto.
De acuerdo a lo que consigna el diario La Tercera, el texto fue elaborado en 2009 por el entonces ministro de la cartera, Álvaro Erazo, pero la actual secretaria de Estado insistió en el documento a raíz del caso conocido esta semana sobre una menor de 17 años que, luego de practicarse un aborto, llegó en estado grave al Hospital Luis Tisné y luego fue denunciada a Carabineros.
En relación a estas acciones, la circular sostiene: "Pese al tipo penal que describe como ilícito el aborto, los médicos y personal de Salud no deben extraer confesiones sobre dicha conducta a las mujeres que requieran atención médica como resultado de dicho ilícito, cuando con ello se vulnera el secreto profesional derivado de la relación de confidencialidad médico-paciente”.
El documento sigue y recurre a la Convención Contra la Tortura suscrita por Chile, señalando que "no corresponde extraer confesiones a las mujeres que requieran atención médica como resultado de un aborto”.
Además, recalca que no se puede condicionar la atención sanitaria a la entrega de información por parte de la paciente, agregando que -sobre la posibilidad que los médicos se abstengan a declarar en procesos penales- la relación médico-paciente en Chile es un "imperativo legal cuando establece la obligación de guardar secreto en materias que por su naturaleza tengan dicho carácter”.
Cconsultado por este mismo medio, el jefe de la División Jurídica del Minsal, Alejandro Behnke, aclaró que "frente a un posible conflicto entre el deber de denuncia y el deber de confidencialidad, a nuestro juicio, de acuerdo a las recomendaciones internacionales y a la ley de deberes y derechos de pacientes, debe primar el derecho-deber al secreto profesional”.
Foto: Archivo Agencia Uno.