"Tortura en 2014, 30 años de promesas rotas" se llama el informe generado por Amnistía Internacional relativo a los abusos cometidos a nivel mundial, en el que hay una mención para Chile.
En particular, el documento cuestionó el actuar de la policía y la investigación judicial que se genera en torno a estos casos.
"Los abusos de las fuerzas de seguridad son rutinarias en las manifestaciones públicas, incluyendo a Chile, México, Venezuela y Brasil", dice el informe.
Aunque Amnistía Internacional reconoce que América posee el sistema más robusto antitortura, es la misma justicia la que permite que los abusos permanezcan cuando los responsables raramente enfrentan su responsabilidad y muchos aceptan tratos violentos debido al alto nivel de crímenes.
En este sentido, ejemplifica con el caso chileno.
"Las violaciones a los Derechos Humanos tales como tortura y otros malos tratos cometidos por las fuerzas de seguridad son investigadas por la Justicia Militar, la que puede ser poco independiente e imparcial", señala el informe.
Además indicó que, pese a ciertos avances, en algunos países de la región americana cientos de casos de tortura cometida en los regímenes militares ocurridos entre los '60, '70 y '80 todavía no van a tribunales.
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