Unas diez mil personas, entre los asistentes a la misa, los que participan en la procesión y la comunidad que esperaba a la imagen en la Parroquia Latinoamericana, participaron de la festividad del Señor de los Milagros, replicando en Santiago una popular tradición religiosa limeña exportada a la mayoría de las comunidades católicas donde los peruanos se insertan.
La Eucaristía central, oficiada este domingo 25 de octubre en la Catedral Metropolitana, fue presidida por el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, invitado especialmente por la Hermandad del Señor de los Milagros y la Iglesia de Santiago.
Hombres vestidos de morado, mujeres tapadas con un velo blanco, sonidos de cajón peruano y el perfume del incienso engalanaron esta verdadera fiesta de integración latinoamericana.
Se trata de una tradición nacida en el siglo XVII en Lima, cuando un inmigrante de Angola pintó en un muro la imagen de Jesús crucificado en tonos morados y que, a pesar del terremoto de 1654, se mantuvo intacto, dando origen a la más importante devoción católica del vecino país, la que sus ciudadanos la divulgan y mantienen en el lugar del mundo donde estén.
Cada año la Hermandad del Señor de los Milagros invita a un obispo peruano a celebrar esta fiesta en Santiago. Este año fue el turno del cardenal Cipriani que durante su homilía, destacó la acogida de la Iglesia de Santiago. “El Señor nos convoca y nos une”, afirmó ante los feligreses entre los que se contaban representantes diplomáticos encabezados por el embajador de Perú en Chile, Fernando Rojas.
Después de la eucaristía, el cardenal fue consultado por la prensa respecto a la reciente polémica por los límites entre ambos países, resaltando al respecto que “hay muchas más cosas que nos unen” y llamando a “no buscar los temas que nos separan”.
También reflexionó sobre el fenómeno migratorio: “Hay lugares donde hay mayor bienestar, como en el caso de Chile, y la gente viene buscándolo; hay que saber acogerlos y al mismo tiempo poner un poco de orden; es un reflejo del aprecio que hay por Chile”, expresó.
Añadió que la Iglesia en el mundo entero se preocupa por las causas de la migración, a su juicio, la falta de libertad, la violencia y el terrorismo. “La acogida que les damos (a los inmigrantes) tiene que ir unida a conocer las causas por las cuales la gente huye: cuando falta libertad o cuando hay mucha violencia y los matan. También denunciemos las causas de esta migración y acojamos a la gente”, invitó el religioso peruano.
Fuente y foto: Agencia Uno.