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24horas.cl recorrió puntos emblemáticos del Gran Santiago para recopilar lo ocurrido en una noche de violencia.

Elkjaer Lobos

Miércoles 12 de septiembre de 2012

 

Como cada 11 de septiembre, la conmemoración del golpe de estado que derrocó el Presidente Salvador Allende derivó en actos de violencia que, en esta oportunidad, finalizaron con un carabinero muerto, identificado como Christián Martínez.

Éste es el relato del recorrido que hizo 24horas.cl por algunas de las zonas más conflictivas de la Región Metropolitana.

El recorrido se inició en la población La Pincoya de Huechuraba, símbolo de la resistencia a la dictadura del general Augusto Pinochet. En ese lugar, un grupo de vecinos llegó hasta la intersección de avenida Recoleta con Guillermo Subiabre para, mediante una velatón, honrar a los detenidos desaparecidos.

Manuel reside en este sector desde 1969 y hace años concurre a la manifestación pacífica. Según afirmó, "las injusticias sociales" son las que todavía lo mueven a salir de su casa cada 11 de septiembre.

Mientras se desarrollaba el homenaje, a apenas cinco cuadras del sector, unos jóvenes comenzaron a quemar escombros en la calle. Poco después de las 22.00 horas, Carabineros decidió disuadir la manifestación con tanquetas, carros lanzagases, micros y un carro lanzaaguas. A estos recursos se sumaba decenas de efectivos que con armamento trataban de resguardar el escaso orden que había a esa hora.

 

Fueron horas de enfrentamientos, que de vez en cuando se veían interrumpidas por una nueva forma de realizar desmanes. Vehículos robados por delincuentes eran usados para realizar piruetas en medio de las barricadas, provocando que los neumáticos se desgastaran y quedaran inservibles. Tras esto, su meta era quemar los automóviles.

Relacionado con vehículos, e igual de curioso, fue una persecución policial a unos delincuentes que arrancaban en un auto que había sido sustraído. Los asaltantes no pudieron llegar muy lejos por la gran presencia policial en el lugar, que logró recuperar pronto el automóvil.

Tras esto, vinieron los "cadenazos" que dejaron sin luz a gran parte de la avenida Recoleta, así como la utilización de armas de fuego.En paralelo a estos disturbios, ocurrió un hecho que marcó la jornada. El cabo de Carabineros Christián Martínez Badilla, con seis años de servicio, moría luego de recibir un disparo mientras defendía de los saqueos a un supermercado, ubicado en la comuna Quilicura.El funcionario de la 49° Comisaría de esa comuna recibió un impacto en el tórax, un lugar donde no lo cubría el chaleco antibalas. Fue llevado al SAPU de Quilicura, pero no logró soportar la herida y falleció.El uniformado murió en la Población Parinacota, donde el escenario era el de una auténtica batalla campal. Calles oscuras, fogatas y jóvenes que, amparados en la oscuridad, hacían destrozos e, incluso, se tomaban el tiempo para perseguir y amedrentar a los equipos de prensa presentes.El cuerpo del cabo Martínez permaneció en el SAPU hasta alta horas de la madrugada, por lo que Carabineros debió sacar al fallecido uniformado en una ambulancia que era escoltada por numerosos vehículos policiales hasta el Hospital de Carabineros.

 

Una vez que se calmaron los incidentes, personal del OS-9 de Carabineros y del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) ingresaron a la Población Parinacota para allanar viviendas de los presuntos culpables y realizar las pericias pertinentes que permitan aclarar la muerte del uniformado. El procedimiento terminó con cuatro detenidos, tres hombres y una mujer.