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Brasil habría abastecido a Pinochet con sustancias bioquímicas

Gobierno militar de Brasilia prestó apoyo al golpe militar chileno y habría colaborado en operaciones contra exiliados políticos.

24horas.cl Tvn

Lunes 16 de septiembre de 2013

El ejército chileno, a las órdenes de Augusto Pinochet, habría usado armas químicas provenientes de Brasil contra sus adversarios políticos.

Así informa el medio brasileño O Globo, que asegura Brasil apoyó el golpe militar chileno de 1973 y ofreció entonces plena ayuda a Pinochet, desde financiera a diplomática.

Una lista de pruebas y testimonios también dan evidencia del uso de sustancias bacteriológicas, como toxinas butolínicas y derivados químicos -similares al gas sarín- durante el régimen. Estas sustancias habrían sido manipuladas en laboratorios militares de la época.

La neurotoxina botulínica es un veneno más potente que el cianuro y provoca una intoxicación que paraliza los músculos, hasta llevar a la muerte por asfixia.

Para encubrir el contrabando de esta toxina se usó como fachada el Instituto Bacteriológico chileno, hoy Instituto de Sanidad Pública (IPS).

Ha sido la doctora Ingrid Heltmann Ghigliotto, ex directora del IPS, que estuvo presa durante el régimen militar, quien ha relatado a la agencia DPA el hallazgo de dos cajas con ampollas de toxinas botulínicas en los sótanos del instituto. Cajas que provenían del Instituto Butantan de Sao Paulo, y que hubiesen sido suficientes para matar a la mitad de los habitantes de Santiago de Chile.

Mientras comienza a identificarse a los chilenos involucrados en la historia, se desconocen aún los colaboradores en Brasil que ofrecieron a Pinochet esta mortífera sustancia.

La Comisión de la Verdad, creada por la presidenta Dilma Rousseff, está tratando de esclarecer todos los crímenes perpetrados durante la dictadura militar brasileña, que aún siguen ocultos. Las investigaciones podrían dar a conocer la verdad sobre las relaciones de ambas dictaduras.

Según apunta O Globo, Brasil habría ayudado a la creación de una escuela de Inteligencia en Chile y ayudó a la formación y entrenamiento de agentes enviados de Santiago. Los comandos del ejército en Río de Janeiro, Sao Paulo y Porto Alegre habrían cooperado, asimismo, en operaciones chilenas contra exiliados políticos.