La acuchilló, la violó y luego quemó su cuerpo para borrarlas huellas de su delito. Fue el macabro asesinato de una joven educadora de párvulo ocurrido en julio de 2010 en San Bernardo.
Luego de años de investigación, el asesino fue condenado a presidio perpetuo calificado en calidad de autor.
La condena fue la máxima que contempla la ley en Chile: cárcel de por vida para este hombre, Víctor Navarrete acusado como único responsable de la violación y asesinato de Natalia Zuñiga de 25 años.
La joven parvularia cumplía su rutina diaria para ir a su trabajo cuando fue amenazada con un cuchillo por su agresor quien la llevó a la fuerza hasta una construcción abandonada, donde roció a la joven con combustible provocando un incendio para ocultar el crimen.
Muchos fueron los peritajes para dar con el asesino, por la crueldad, las policías, presumieron incluso que se trataba de un conocido de la mujer, sin embargo más tarde se conocería que el sujeto actuó sólo porque la ocasión, el lugar y la hora se lo permitieron.
Para la familia de Natalia, escuchar estas palabras al inicio del juicio oral en contra del asesino de su hija fue corroborar las horas de sufrimiento de la joven, puesto que aunque no se acogió el delito de secuestro, ella habría estado retenida por su atacante, incluso alcanzó a realizar una llamada de auxilio.
15 días antes del homicidio de la parvularia, el imputado ya había matado a un hombre, crimen por el cual fue condenado a otros siete años de cárcel, que se sumaron a la cadena perpetua por el asesinato de Natalia Zúñiga.