Lucy Ana Avilés, la chilena que gestionó la llegada del Supertanker al país para combatir los incendios forestales, criticó duramente a las personas que han cuestionado sus donaciones e incluso a su familia desde que intervino en la emergencia que azota al país.
A través de un extenso texto en Facebook, Avilés acusó haber sido "maltratada por algunos periódicos y personas que les cuesta ver en mí una mujer fuerte que quiso hacer algo a cambio de nada".
"Mi país se estaba quemando y quise ayudar. ¿Si hice publicidad en exceso? Sólo publicitamos y mantuvimos informados a las personas", agregó.
Respecto a las críticas a su círculo familiar, específicamente de un posible vínculo de su padre con la DINA y CEMA, Avilés enfatizó en que "en Chile hablan de mi padre abiertamente como si lo supieran todo, basta que algo quede escrito para que sea la verdad".
Asimismo, descartó que su esposo, Benjamin Sharpe Walton, recibiera dinero a cambio de la facilitación del avión. "Claramente algunos no entienden lo que significa donar y menos hacer filantropía", dijo.
"Lo más gracioso es que me enteré por la prensa que yo estoy casada con un tal Sam y que además soy directora de CEMA", complementó
.
Finalmente rechazó ser parte de una "campaña política" a favor de Sebastián Piñera -luego que se filtraran imágenes de ambos juntos en una ceremonia pública-, puesto que, a juicio de Avilés, esto se produjo cuando "inauguramos la escuela que donamos para Iloca y sus alrededores, y el Presidente (Piñera) tuvo la amabilidad de tomarse el tiempo para conocerla y agradecer. ¿Les parece mal?".