Convertirlo en un hotel-boutique es una de las propuestas que se barajan para reutilizar al mítico Club de La Unión, edificio que cumple 150 años entre una crisis por escasez de socios.
Edificación histórica de línea machista, ya que hace sólo ocho años se permitió que las mujeres ingresaran como social al club. Sin embargo, aún hay tres áreas en las que tienen prohibido el acceso: piscina, sauna y bar.
En los últimos años, el club ha perdido 3.000 socios, por eso se evalúa no sólo seguir arrendándolo para eventos o matrimonios, sino que también licitar un hotel-boutique en el cuarto piso, crear un boulevard de tiendas en la plata baja o formar una corporación cultural para gestionar la administración de su patrimonio.
La pista se ha hecho pesada, y por eso se han flexibilizado las políticas de aceptación. Además, se están aprovechando los espacios inmobiliarios en desuso y se llamará a empresas a asociarse.