Un resfrío común, gripe, bronquitis, faringitis y la neumonía son las enfermedades más comunes en esta época del año. La Mutual de Seguridad CChC nos ayuda a prevenirlas y reconocer sus síntomas.
Como medida general de prevención, se debe evitar una prolongada exposición al frío, sobre todo en las vías respiratorias, el cuello y los pies. Abrigarse es fundamental en esta época. Los cambios bruscos de temperatura también nos afectan.
El fumar y beber alcohol en exceso reduce los mecanismos de defensa, por lo que es recomendable reducir o, si es posible, evitarlos.
Una alimentación saludable y rica en vitaminas, en especial la Vitamina C, también es necesario para fortalecer nuestras defensas.
Otra medida de prevención es estornudar o toser cubriéndonos con las mangas o los puños, y no con la palma de la mano como suele hacerse. Así evitamos la propagación de los gérmenes.
La higiene también es muy importante, para impedir el contagio. Lavarse las manos con frecuencia, cada vez que manipulamos cosas usadas por otros o cuando vamos a comer.
- Un resfrío común produce, principalmente, estornudos, congestión nasal, pérdida de olfato y gusto. También podría afectar la garganta y dolores de cabeza.
- La gripe o influenza, además de congestión nasal produce fiebre alta, tos y eventualmente dolores musculares, fatiga y falta de apetito. Con esta enfermedad, los niños, enfermos crónicos y adultos mayores, pueden presentar complicaciones pulmonares. Vacunarse es la medida de prevención más eficaz.
- La faringitis afecta principalmente la garganta, provocando un intenso dolor que además produce tos, fiebre y dolores musculares. En los niños hay que tener especial cuidado. La miel es ideal para proteger y aliviar esta enfermedad. Cuando la fiebre es alta, en necesario recurrir a un médico.
- La bronquitis provoca tos y molestias para respirar. Su causa más frecuente es el tabaco y fácilmente puede derivar a una neumonía.
- La neumonía es la más complicada de todas, ya que requiere si o si asistencia médica y exámenes. Provoca fiebre alta, dolor en el tórax, falta de apetito, decaimiento, dolores musculares, dificultad para respirar y tos. Se debe evitar el humo del cigarro, los braseros y estufas con mala combustión en un lugar cerrado, porque favorecen las afecciones respiratorias.