Ya se conocía su culpabilidad, sólo faltaba su sentencia.
Rossana Valdés fue condenada a seis años de presidio mayor en su grado mínimo luego que, hace un año, matara a disparos a su expareja y luego lo descuartizara e intentara cocinar para esconder su crimen.
La pena fue menor a la solicitada por el Ministerio Público, que buscaba que la mujer estuviera al menos 15 años en la cárcel.
Los familiares del fallecido quedaron indignados con la condena, mientras que los parientes de Valdés aseguraron que el asesinato fue en respuesta a los constantes apremios físicos que sufrió por años.
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