Una intoxicación masiva y un largo proceso de desinfección vivieron los residentes de las torres ubicadas en la esquida de Carlos Antúnez con Nueva Providencia luego que se confirmara la contaminación del agua potable con fecas.
"Hoy ya pueden tomar con toda tranquilidad y hacer uso del agua potable", indicó este lunes la Seremi de Salud Metropolitana, Daniela Zavando.
Tras un mes y medio de espera para que volviera a correr líquido limpio por las cañerías del edificio, la autoridad dio por superada la emergencia desatada por el rebalse de aguas servidas.
Zavala recordó que cerca de 500 personas se vieron afectadas por el contagio de enfermedades como norovirus, por lo que el Servicio de Salud debió vacunar a 695 adultos y 77 niños contra la Hepatitis A.