La defensa del ex alcalde de Providencia, Cristián Labbé, recurrió a la Corte Suprema para intentar tramitar el rechazo al procesamiento que lo mantiene detenido desde hace dos semanas en un recinto militar de Temuco.
El coronel (R) fue procesado por el delito de aplicación de tormentos en contra de cuatro personas opositoras al régimen de Augusto Pinochet en la comuna de Panguipulli (IX Región), tras el golpe militar de 1973, quienes han sido identificados como Harry Cohen, Harry Edward Cohen Vera, Jaime Rozas González, Bernardo Santibáñez Álvarez y de Juan Horacio Rosales Quintana.
Cabe recordar que anteriormente, la Corte de Apelaciones rechazó un recurso de amparo presentado por el abogado del ex edil. Los argumentos esgrimidos, de acuerdo a lo que detalla Cooperativa, es que en su detención no existen méritos y existe una persecución política en su contra.
EN QUÉ CONSISTE EL CASO
En la investigación del ministro en visita Álvaro Mesa se estableció el procedimiento efectuado en la zona de Panguipulli tras la llegada de los militares a La Moneda, concretada con el golpe militar de septiembre de 1973.
Así, sostiene que en octubre y noviembre de aquel año el Ejército comenzó un "intenso operativo militar (...) en la zona cordillerana entre Concepción y Valdivia, y cuyo objetivo era la captura de personas opositoras al régimen militar". Todo este proceso fue denominado por aquellos años bajo el nombre de "Operación Peineta".
En este procedimiento es que "en la localidad de Panguipulli, al mando del referido general y de otros oficiales de los Regimientos Maturana, Cazadores y Membrillar de Valdivia, entre otros, se apostó un fuerte contingente militar a cargo de comandar la reserva estratégica de la unidad", dejando una escuela de la ciudad como centro de detención.
Luego del asentamiento de los uniformados en el terreno se consignó la detención de Harry Edwards Cohen Vera y Jaime Rozas González a cargo de grupos de "boinas negras", para luego subirlos a un helicóptero en compañía a otros detenidos: Bernardo Santibáñez Álvarez y de Juan Horacio Rosales Quintana.
En el viaje hubo amenazas de lanzarlos al lago Riñihue, pero que finalmente se procedió al encierro durante dos días, para luego proceder a maniobras tortuosas en presencia de un "enorme militar", quien reveló su apellido a las víctimas y reconoció ser hijo de un "connotado militar".
"Colgado con las manos atadas a la espalda, permitiéndole apoyarse sólo con la punta de sus dedos al suelo. Que en ese momento es interrogado por 3 militares, respecto de los cuales pudo identificar la voz de aquel oficial corpulento descrito, quien en forma burlesca realizaba reiterados alcances a su origen semita. Que en dicho interrogatorio conectaron electrodos en su tobillo y muñecas, los cuales en forma sistemática producían descargas eléctricas cada vez más intensas, al mismo tiempo en que era interrogado", describió el dictamen refiriéndose a las cuatro personas que sufrieron las acciones, para posteriormente ser liberadas.