A pesar de que los trabajadores de los casinos demoran horas en preparar la comida, esta no es aprovechada por los alumnos, y terminan desperdiciando kilos de comida.

Son alrededor de 200 mil niños quienes a diarios no se presentan a recibir su almuerzo. Es decir, el 15% de los alumnos que se alimentan con el beneficio Junaeb no lo hacen por inasistencia, algo que ocurre en miles de colegios del país. Mientras, otros miles de estudiantes rechazan la alimentación o dejan más de la mitad del plato.

Los niños argumentaban que no tenían hambre, que no les gusta la comida del colegio, que se acostumbran a la comida de casa, entre otras razones.

Este desperdicio constante de comida preocupa a Nutrichile, la entidad que agrupa a las empresas concesionarias que entregan los alimentos y que denuncian el grave problema. Según la agrupación, las autoridades entendieron mal el concepto de "comer sano", por lo que se termina entregando un producto insípido.

Según señaló Darío Calderón, presidente de Nutrichile, "el hecho de ponerle poca sal a la comida hace que los niños no la coman y en vez de adelgazar compran comida chatarra en otros negocios."

Por su parte, Pauline Kantor, directora del programa "Elige vivir sano", señaló que "se tomaron acciones concretas, que era reducir la sal, pero es algo en lo cual no podemos ceder cuando se piensa en las cifras de 23% de los niños menores de 6 años con sobrepeso".

Tras preguntarle a varios jóvenes, se vio que efectivamente muchos cambiaban la comida del casino por otra, comprando chatarra en kioscos que no lograron ser sustentables para asociarse con la campaña de "Elige vivir sano".

El primer paso, según el presidente de Nutrichile, debería ser la mejora de la infraestructura y la higiene, para luego enriquecer la calidad de las raciones.

REVISA LA ENTREVISTA A DARÍO CALDERÓN, PRESIDENTE DE NUTRICHILE