"Quiero saber la verdad y que se haga justicia por mi hijo", dijo Juan Carlos Jiménez, padre del dirigente sindical fallecido el pasado jueves presuntamente por una "bala loca".
Más de 200 personas despidieron este sábado a Juan Pablo Jiménez, quien murió dentro de la empresa Ingeniería Eléctrica Azeta, donde trabajaba, de un disparo en la cabeza.
Durante su funeral se recordó la labor de Jiménez como dirigente, ya que era presidente del sindicado número 1 y miembro de la Federación de Trabajadores de Azeta.
"Él no quería nada más que la justicia, que las personas trabajaran las horas que correspondían y no tuvieran que vivir en el trabajo para ganar un sueldo digno", señaló su viuda, Ximena Acevedo.
Su familia asegura que Jiménez fue asesinado, ya que tenía planeado presentar documentos contra Azeta en la Dirección del Trabajo y piden una investigación acuciosa del hecho.
La empresa, en tanto, niega las acusaciones y aseguran que las cámaras de seguridad grabaron todo el hecho. Además, en los próximos días se sumarán a las querellas, ya que no sería la primera vez que "balas locas" caen al interior de sus dependencias.