No pudo con la vergüenza y tampoco con la injusticia.
Gabriela Marín Mejías, una joven educadora de párvulos de San Fernando decidió acabar con su vida luego de que la justicia dejara libre a los tres sospechosos de haberla atacado sexualmente.
Enfurecida, la familia protestó esta mañana fuera del tribunal mientras el Ministerio Público ordenó investigar el desempeño del fiscal.