La mayoría de los chilenos ya tiene más de un terremoto en su historia de vida, pero a pesar de eso, este último no fue igual al del año 2010.
Más de alguien asimiló el movimiento al que realiza un barco y aunque fue inevitable recordar el del 27 de febrero de 2010, más allá de la sensación, ambos sismos no fueron iguales.
Menos ruidoso, más suave y de movimientos menos bruscos, así lo compararon quienes lo sintieron y los expertos explican que la variación depende del tipo de ondas.
Otro factor que influyó es que la energía liberada por este último fue cinco veces menos en comparación al del 2010.
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