Se trata del virus o agente patógeno que evoluciona más rápido en el mundo, con una capacidad de mutación que hace imposible predecir su comportamiento. La única certeza es que cada año será distinto.
"Podemos decir que es un virus camaleón, que es capaz de adaptarse a las situación, es capaz de ir cambiando su chaqueta, su apariencia", comenta el profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica, Pablo González.
Debido a estas características, cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la composición de la vacuna contra la influenza con las cepas de mayor circulación.
"El virus en cada epidemia va presentándose relativamente diferente y por lo tanto, vuelve a engañar al sistema inmunológico y lo vuelve a enfermar. Si lograramos tener alguna vacuna, que se está trabajando en eso en una vacuna universal que no atacara las proteínas de membrana sino que las proteínas internas que no cambian tanto, podríamos soñar con una vacuna que pudiera durar muchos más años", señala María Paz Bertoglia, epidemióloga de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Chile.
Hace una década, México sufrió la última pandemia a nivel mundial de influenza. En aquella oportunidad, la emergencia sanitaria se decretó por la aparición de la cepa AH1N1.
"Hay casos en que el virus no es muy transmisible entre individuo a individuo, pero puede ser sumamente agresivo", añade el doctor González.
El virus de la influenza AH1N1 también puede circular entre animales como cerdos, caballos y aves. De esta manera puede contagiar al ser humano, formando una nueva cepa.
"El virus de la influenza tiene una capacidad que es la que más nos preocupa a nosotros que es que de pronto puede hacer un salto antihigiénico, lo que significa que podría generarse una nueva combinación y surja un nuevo tipo de influenza. Eso vemos cuando observamos estos riesgos de pandemia de influenza", sostiene la doctora Bertoglia.
Lo cierto es que este virus puede ser letal para enfermos crónicos, en personas con el sistema inmunológico debilitado como ancianos y niños pequeños o incluso en adultos completamente sanos, pero que desarrollan un cuadro de tipo autoinmune.
"La indicación siempre va a ser protegerse con una vacuna que disminuya las probabilidades de complicarse con el virus, enfermarse, hospitalizarse y morir por él", concluye la facultativa.