Es cosa de caminar por la ciudad para verificar que las calles y veredas no están adaptadas para las personas con discapacidad.
Una distorsión urbana que desde este mes será corregida por la nueva Ley de Inclusión que puede clausurar plazas, edificios o centros comerciales que no entreguen facilidades a las personas con capacidades reducidas.
La normativa hará que ciertas obras que antes se realizaban por buena voluntad, ahora sea una exigencia que todos deben cumplir, como edificios con puertas más anchas y subidas con baja pendiente.
De aquí al 3 de marzo del 2019 todos los edificios públicos, malls, teatros, estadios y municipios deberán adaptar su infraestructura, lo que será fiscalizado por los municipios, que también deberán cautelar las medidas de inclusión antes de entregar los permisos de edIficación.
Revisa los detalles en la nota de 24 Horas Central.