Un estudio del Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro, que surge de la alianza entre Compañía de Seguros Confuturo y la Universidad Católica, reveló que un 80% de los adultos mayores se siente discriminado por su edad, y que un 20% los concibe a este grupo etario como una carga para la sociedad.
Según explica Daniela Correa, directora ejecutiva Fundación Vigentes, "nuestra sociedad considera que una persona está vigente hasta los 65 años, una vez que jubila ya no produce y por tanto no es un aporte a nuestra sociedad, y eso no es así".
En tanto, María Soledad Herrera, miembro del Observatorio de Envejecimiento para un Chile con futuro, indicó que "como el machismo, que es una visión negativa sobre las mujeres, en este caso el edadismo es una visión negativa hacia el adulto mayor, en virtud de nada más que su edad, pero esa es una visión equivocada. Esto ha sido muy marcado por la pandemia, como se ha visibilizado".
Según el estudio, durante la pandemia este grupo etario se sintió infantilizado y protegido en demasía con el confinamiento obligatorio. Se les llamó el grupo vulnerable o de riesgo, y se les prohibió salir a la calle.
Un ejemplo claro para Agnieszka Bozanic, activista por los DD.HH. personas mayores, se encontraba en los salvoconductos, donde "solamente se podía ingresar en edades hasta los 99 años, entonces desde ahí estamos hablando de este 'viejismo estructural' de que el mismo Estado propone algunas políticas y medidas que excluyen a una población que no es menor".
Por su parte, para Herrera, la crisis sanitaria "ha demostrado que las personas mayores si han tenido recursos una enorme resiliencia para poder enfrentar la pandemia".
Otro punto que reveló este estudio es que quienes se sienten discriminados por su edad tienen menos esperanza de vida, viviendo entre siete y ocho años menos.
"Si eres una persona vulnerable, finalmente te lo terminas creyendo y terminas teniendo una noción menoscabada de ti mismo, una menor autoestima y eso finalmente repercute sobre tu propia salud", explicó la propia Herrera.
Rosita y su olla común para adultos mayores
Rosa Ortiz, de 72 años, madre de seis hijos ha sabido durante su vida lidiar con situaciones complejas preocupándose por los demás. Con su pensión de $90 mil pesos, esta mujer levantó la primera olla para el adulto mayor en la comuna de Renca.
"Hay gente que con pandemia o sin pandemia lo están pasando mal. Les llevo comida rica con un postre, hice dobladitas, les compré reineta que la conseguí barata", contó Rosita.
Todos los días se esmera en preparar un banquete especial para cerca de 70 vecinos. Además de ello, esta abnegada vecina también lleva los almuerzos a las casas de quienes tienen problemas de movilidad.
"Va a pasar la pandemia, pero para los adultos mayores que están solitos no se les va a pasar. Ellos van a seguir en la misma situación, van a seguir pasando necesidades", explicó la mujer.
"Estamos más vigentes que nunca"
Un grupo de adultos mayores afirma que la edad es solamente un número. Estos participan en el Teatro Aquelarre de Talagante, en distintos talleres donde actúan y también bailan.
Según cuenta María Magdalena de 73 años, "si queremos reír, reímos. Si queremos llorar, lloramos. No tenemos miedo al qué dirán porque es una actuación".
"Uno de los mitos que existe es que el adulto mayor una vez jubilado baja su productividad", cuenta Gerardo de 69 años, contando que a su edad se mantiene trabajando en varios proyectos, mientras que para una compañera del taller, otro de los mitos más comunes tiene que ver con que "el adulto mayor llegando a cierta edad no puede tener sexo, y quiero decir que están equivocados".
"Personalmente creo que la edad es solo un número, y que nosotros la juventud la llevamos en el corazón y en la forma de actuar", cuenta otra de las participantes del taller.