Un intenso mea culpa realizó quien fuera uno de los fiscales más importantes y mediáticos del último tiempo: Alejandro Peña.
Conocido por llevar el Caso Bombas, pasó a ser ex fiscal e ingreso como jefe de la División de Estudios del Ministerio del Interior. Luego fue ese mismo ministerio el que pidió su renuncia por el sobreprecio en el pago por la compra de equipos tecnológicos.
Hoy se desenvuelve en el mundo privado y tras 18 años en el servicio público, califica como un "error" haber estado en el Ministerio del Interior.
En conversación con Emol, Alejandro Peña indica que "habiendo una causa polémica y mediática, como era el Caso Bombas —en la que el ministerio era parte— no tuve la capacidad de analizar las consecuencias de mi ingreso".
Peña agrega que "todos en la vida cometemos errores, no fue prudente en su momento el haberme ido a trabajar al Gobierno, pero es un error de Alejandro Peña, no de terceros. Estaba tan metido en las causas, habíamos recién formalizado a los funcionarios de Gendarmería por el incendio de la cárcel de San Miguel, estábamos corriendo para terminar la acusación del caso Bomba, entonces, no tuve el espacio necesario de reflexión para apreciar todas las variables que significó el cambio de trabajo".
Respecto al escándalo de su salida, Alejandro Peña sostiene que "nunca detectó irregularidades en la cartera" y "decidí poner mi cargo a disposición para que se investigara sin ningún obstáculo".
"Fuimos víctimas de corrupción y de colusión entre empresas, pero no tengo los antecedentes como para poder señalar si efectivamente hay responsabilidad personales. Tengo fuertes esperanzas en que la fiscalía investigará a fondo porque el único perjudicado ha sido el país", agrega.