Un informe de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI da cuenta de un detalle clave respecto al estado de salud de Rafael Garay, quien inició su salida de Chile en dirección a Francia acusando un posible cáncer cerebral.
Según publica La Tercera, la institución uniformada se dirigió a tres centros médicos a los cuales Garay fue a tratarse en diversas circunstancias, siendo su visita a la Clínica Alemana en noviembre del 2015 un aspecto que podría esclarecer el tema médico del aludido.
El ingeniero comercial visitó el recinto luego de haber sufrido un golpe en la cabeza, según indica el informe médico, agregando que "estando con amigos, luego de múltiples cervezas y vodka, cae al suelo por tropiezo y se golpea la región occipital izquierda con compromiso de conciencia de 30 segundos, refieren los acompañantes. Luego se recupera (...) y deciden consultar por presentar herida cortante del cuero cabelludo. (...) Por lo cual, se le practicó un TC (escáner), el que arrojó como resultado 'examen sin evidencia de complicación traumática cráneo-encefálica', siendo dado de alta, bajo reposo en su domicilio por 24 horas".
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El ingeniero comercial defendió su actuar desde Rumania.
Recordar que Garay usó las redes sociales para comunicar su condición, en junio pasado, dando cuenta de la detección de un "glioblastoma. Esto es un tumor, una suerte de cáncer cerebral", ante lo cual iniciaba un retiro paulatino de sus actividades y posterior pago a sus clientes, situación que no concretó.
"ME DIJO QUE LE ENCONTRARON UN TUMOR DEL PORTE DE UN PUÑO (...) NUNCA LE CREÍ MUCHO"
En su declaración ante la PDI, la ex pareja del profesional, Antonella Torelli, confirmó que Garay le había detallado antecedentes de su posible cáncer, el cual se lo habían detectado en Tokio.
Tras una ruptura amorosa, en marzo de este año volvieron a estar juntos, dice la mujer, pero que en mayo la actitud de quien está detenido en Rumania empezó a cambiar.
"Un fin de semana desapareció, y luego me llamó. Fui a su casa y estaba llorando, luego de que le encontraran un tumor del porte de un puño en la parte posterior de la cabeza. La verdad es que nunca le creí mucho", manifestó.
La ex polola detalló que, en su condición de trabajadora de la salud en la Unidad Oncológica del Hospital Calvo Mackenna, sabía el diagnóstico que le esperaba: máximo 13 meses de vida con tratamiento.
"Cuando le preguntaba sobre la biopsia o el tratamiento, no me supo responder (...) Se victimizaba indicando que le quedaba poco tiempo de vida", añadió Torelli, sentenciando que viendo el actuar del susodicho, "no vi nunca un síntoma relacionado al cáncer, e incluso pensé que lo de él era algo pisquiátrico serio".
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