Los teléfonos celulares de los dos imputados por el crimen del profesor Nibaldo Villegas fueron la clave para que en menos de una semana, la policía pueda detenerlos.
Sus testimonios chocaron de frente con las evidencias que con hora y lugar los ubicó en el sitio del suceso. Gracias a ello, se logró la captura de Johanna Hernández y Francisco Silva, sobre cuya detención accedimos a imágenes exclusivas.
La investigación había comenzado recién el 15 de agosto, cuando el torso del docente fue avistado frente al muelle Prat de Valparaíso. Cinco días después se concretó la detención de ambos, gracias a lo que revelaron sus teléfonos celulares y sus testimonios.
"Tenemos lugares, sectores, horarios y rutas que ellos abordaron. También tenemos cierta confirmación de que esta ruta les sirve para concretar el acto de hacer desaparecer el cuerpo", señala Gabriel Alarcón, de la Brigada de Homicidios de Valparaíso. Agrega que "ellos intentaron acciones para borrar vestigios, y para hacer desaparecer el cuerpo".
Por su parte, el jefe de la Oficina de Análisis de Valparaíso, Francisco Figueroa, sostiene que "con la revisión de los metadatos, podemos establecer el lugar del deceso de esta persona que habría sido al interior de su inmueble en la localidad de Villa Alemana, además del rango de horario y la fecha del deceso mismo (...) Se logró obtener imágenes que comprobaban fehacientemente su participación en el parricidio de su cónyuge".
Fueron dos allanamientos simultáneos, uno en Villa Alemana y otro en Playa Ancha.