En un sector rural en San Francisco de Mostazal, refugiado en la casa de unos amigos, se encontraba uno de los jóvenes que participó en la golpiza de Wladimir Sepúlveda, en medio de un incidente que espera aclarar la policía.
"Lo único que se me ocurrió fue abalanzarme sobre él. Le pegué, pero nada más sí, nosotros sólo utilizamos nuestras manos", reconoce el principal sospechoso, quien descarta haber utilizado una piedra u otro objeto contundente.
"Este compadre ya venía agredido de otra riña", reconoció uno de los principales responsables de la condición de salud de Sepúlveda.
La agresión mantiene al joven conectado a ventilación mecánica y con un diagnóstico desalentador.
Revisa el informe del periodista Francisco Carrasco.