Gonzalo Duarte, exobispo de Valparaíso, se retiró de la Fiscalía de Rancagua sin haber entregado declaraciones, aludiendo desconocimiento de la causa. No obstante, en su salida aseguró a los medios de comunicación que "no soy un encubridor".
El sacerdote emérito manifestó que, como religiosos, "volveremos a pedir perdón las veces que sea necesario", respecto a las futuras víctimas de abusos que puedan aparecer en el transcurso de las indagatorias.
Sobre ello, enfatizó que desde su labor dentro de la Iglesia "hice todo lo que tenía que hacer".
"Nunca guardé alguna denuncia, todas las puse en conocimiento", se defendió.
Duarte quedó citado una nueva fecha en donde, según dijo, prestará declaración ante las autoridades pertinentes.
Consignar que el obispo emérito es apuntado como presunto encubridor de abusos sexuales al interior de la institución religiosa, cuya causa lidera el fiscal Emiliano Arias.