El intento de fuga de dos internos del centro penitenciario de Rancagua, desató la ira de los gendarmes que se encontraban presentes.
La noche del 3 de agosto del 2013, los reclusos fueron reunidos en el en el patio central por los uniformados, mientras estos últimos les propinaban golpes de pies, puños y palos cuando se mantenían en el suelo.
Días después Gendarmería inició un sumario interno para aclarar el incidente, el cuál terminó absolviendo a todos los gendarmes involucrados en el caso.
Sin embargo, esta semana el Ministro de Justicia, José Antonio Gómez, ordeno reabrir el caso luego que se conocieran las imágenes reveladas por 24 Horas. Tras la polémica, el fiscal decidió suspender a todos los funcionarios involucrados.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) condenaron estos hechos y celebraron la nueva resolución de la fiscalía. Además, el organismo presentó una querella por otro caso de tortura ocurrido en la cárcel de Puente Alto.
El 31 de diciembre del 2011, un grupo de gendarmes sorprendió a cinco internos tomando chicha artesanal al interior del penal. A modo de castigo, los efectivos procedieron a desnudar a los internos, obligarlos a beber alcohol y quemarlos con cigarrillos, según declara el jefe del área jurídica del INDH, Rodrigo Bustos.
De ellos, Jorge Ramírez fue quien se llevó la peor parte, ya que a las pocas horas falleció en el Hospital Sótero del Río.
Dos meses después de la investigación, los cuatro gendarmes quedaron con medidas cautelares: tres de ellos bajo arresto domiciliario y uno en prisión preventiva.