Desde hace dos años, ingresaban sin previo aviso a la Catedral de Valparaíso. En medio de una misa, algunos desnudos y otros con animales, ladraban y aullaban. Incluso, insultaban a viva voz al sacerdote.
Eso es lo que motivó a la Iglesia Católica a presentar un recurso de protección para garantizar la libertad de culto, así como, también, resguardar la integridad de los feligreses y del mismo párroco que oficia las misas.
"La Iglesia no reclama para sí un fuero especial por tratarse de la Iglesia Católica, sino que exige la misma igualdad ante la ley. Si esta acción no se realizara, sería, del mismo modo, incomprensible que, por ejemplo, la Iglesia Católica decidiera por sí y ante sí interrumpir la asamblea anual de las organizaciones animalistas", afirmó el abogado recurrente, Juan Carlos Manríquez a Radio Bio-Bío.
El gobernador provincial, José Pedro Núñez, respaldó la moción. "Interrumpir la Santa Misa no sólo es una ofensa a la fe, una falta de respeto hacia los católicos, sino que, también, constituye un delito porque se está impidiendo el ejercicio de un derecho, que es el derecho a realizar un culto religioso en conformidad a la ley", sostuvo al mismo medio.
A pesar de las manifestaciones, el párroco de la Catedral, Dietrich Laurence, descartó realizar liturgias con resguardo de Carabineros.
Fotografía: Protesta del 13 de enero de 2013 contra la Iglesia en Punta Arenas por matanza de perros (Archivo: Agencia Uno).
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