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Incendio en Valparaíso: el dolor en los cerros a la luz del día

Volver al cerro Ramaditas y observar la situación con los rayos del sol, deja al descubierto la devastación que el siniestro dejó tras su paso en Valparaíso.

Victor Jaque

Martes 15 de abril de 2014

Fue sorpresivo y sólo dio tiempo para salvar la vida. Este es el balance de quienes, con la luz natural sobre sí, retornan a los cerros donde hace 48 horas estaban sus inmuebles, convertidos ahora en escombros.

La reconstrucción en esos faldeos se hará en donde antes del siniestro había casas, los mismos terrenos usados por los padres y abuelos de quienes ahora perdieron todo.

Uno de los tantos niños, que vio como la acción del fuego arrasó con todo, en su inocencia fue categórico: faltan palas porque "tenemos juguetes en los hoyos. No sé como pasó. Alguien en el cerro no apagó un incendio bien".

Otra niña, de nombre Kiara, en su estilo, lamenta que su club de juegos quedó convertido en cenizas. En el piso, una antigua máquina de escribir se transforma en un mudo testigo del paso del siniestro.

Los propios vecinos expresaron que el exceso de confianza fue un factor que hizo más dura la tragedia: todos vieron que el fuego estaba en un bosque cercano, sin pensar que llegaría hasta sus inmuebles. Casas, enseres, juguetes e incluso las futuras madres perdieron la ropa con que recibirían a sus hijos.

Una cantidad indeterminada de voluntarios marcan el intento de estos porteños por volver lentamente a la normalidad.

Revisa el informe del periodista Claudio Fariña.

Foto: Agencia Uno