Los sacerdotes miembros de la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón decidieron disolver civilmente esta entidad en junio pasado, luego que el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, terminó con su figura canónica.
La decisión de disolución civil, que se lleva a cabo en la Municipalidad de Providencia, se basa en que los querellantes por el caso del ex párroco de El Bosque podrían pedir una indemnización económica (como se ha especulado) y sería esta entidad la que asumiría como ‘responsable’ de los delitos.
Sin embargo, esta situación no habría sido bien vista por Ricardo Ezzati, porque a la Iglesia le convendría que esta Unión asuma las consecuencias de la eventual demanda económica y así dejar fuera de este litigio a la Iglesia.
Las propiedades que posee la Pía Unión de Karadima son cinco inmuebles en la comuna de Providencia. Además, tiene dos cuentas corrientes activas que fueron creadas por la gran cantidad de donaciones que recibió permanentemente.
Debido a esta situación, una gran parte de los miembros de esta entidad, quieren que todo el dinero pase directamente a las arcas de la Iglesia Chilena y así no podrían ser parte de las medidas indemnizatorias para los demandantes del caso Karadima y no salir a dar explicaciones que sigan aumentando el cuestionamiento a esta unión.
En conversación con el vespertino La Segunda, el sacerdote Sergio Cobo dijo que “cuando fue disuelta (canónicamente), quisimos proceder a la disolución de la entidad civil y la liquidación de los bienes, para lo cual realizamos una asamblea en que se impuso esta voluntad por unanimidad. El Arzobispo no lo juzgaba oportuno, no sé por qué”.
Sin embargo, aclaró que luego de la intervención del padre Fernando Vives, actual encargado de la Pía Unión, el Arzobispo dio el visto bueno.
A la espera de la disolución final, el padre Sergio Cobo aclaró que sólo se mantiene relaciones de amistad y que la Pía Unión no está activa.
Fuente: 24horas.cl con información publicada en el vespertino La Segunda