Cerca de las 6.15 horas del domingo, Carabineros de Fuerzas Especiales ingresó al Instituto Nacional para desalojar a los estudiantes que mantenían tomado tradicional recinto. Sin embargo, al acceder al recinto educativo descubrieron que no había alumnos y no pudieron llevar a cabo su cometido.
La sorpresa ocurrió este lunes, cuando cientos de estudiantes pretendían volver a clases, pero se encontraron con que los efectivos no se habían retirado del lugar y tenían el control del recinto.
En un hecho histórico, un bus de la policía uniformada ingresó al edificio y se estacionó en el patio de entrada del instituto. Personal uniformado hizo guardia al interior del colegio, no permitiendo que alumnos se lo tomaran nuevamente y que ni siquiera ingresaran a clases.
El rector del establecimiento, Jorge Toro, defendió el actuar policial y señaló que sostendrá una reunión con los alumnos. Asimismo, indicó que las clases estarán suspendidas hasta que no se haga un catastro de los daños provocados por la toma, lo que se realizará esta mañana.
Toro, además, no quiso señalar quién dio la orden para que Carabineros ingresara al establecimiento.
La página web del Instituto Nacional informó que el recinto estará cerrado "por reparaciones hasta nuevo aviso".
Pasadas las 9 de la mañana, el bus de Carabineros abandonó el lugar, pero el establecimiento educacional continúa cerrado mientras se evalúa el alcance de los daños provocados por las últimas tomas estudiantiles.