Un inmigrante suizo llegó hace unos años a Iquique donde formó su familia. Se casó con chilena y en esta tierra de temblores replicó lo que en su casa, en la Europa de postguerra, era habitual.
Por eso ahora mantienen provisiones para, en caso de emergencia, mantener por un mes con agua y comida a los miembros de su familia y a los pasajeros del hotel que construyeron con containers.
Los bomberos de Iquique, al igual que esta familia, también están las 24 horas alerta frente a una emergencia. Sin embargo, ocho de las nueve compañías del Cuerpo de Bomberos local están en zonas inundables en caso de tsunami, lo que ha obligado a adaptar los protocolos de la institución para pode actuar a tiempo frente a una catástrofe.
Si bien la ola de sismos registrada en las últimas semanas mermó en cierta medida la afluencia de visitantes a las playas locales, resintiendo la actividad turística en general, las autoridades locales, y los propios iquiqueños, están confiados en que las virtudes de esta tierra de campeones les traerá de regreso.
Foto: Archivo Agencia Uno