Por primera vez la justicia chilena reconoció que una isapre vulneró los derechos de afiliados cuando exigen atención en ciertas clínicas particulares.
Se trata de Tania Torres, una mujer de Malloco que llegó hasta la Corte Suprema para revertir una decisión unilateral adoptada por Cruz Blanca, que afecta a su hija de siete años que padece microcefalia.
Hace un año la isapre les comunicó que debían cambiar de clínica domiciliaria a una creada por ellos que les entregaría servicios similares, pero con otro equipo médico.
Pero la Corte Suprema determinó que Cruz Blanca intentó extender su poder en el mercado vinculando dos instituciones que son de su propiedad, incurriendo en lo que se denomina 'integración vertical'.
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