Ayer el juez Patricio Souza mostró sus dudas frente a la "fidelidad" del alcotest, en referencia a los elevados índices que se han conocido en las últimas semanas.
Estas dudas también tuvieron eco en la Corte de Apelaciones de Santiago. Su presidente, Patricio Villarroel, defendió a Souza.
"Al solicitar los jueces una aclaración respecto del resultado del alcotest yo encuentro que está bien, está dentro de sus facultades, porque tienen que investigar con celo no sólo lo que perjudica al imputado, sino lo que le favorece. Hay que determinar con justicia cual es el grado exacto de alcohol que tenía", señaló Villarroel.
Consultado sobre si comparte los dichos de Souza, la autoridad del tribunal de alzada dijo:" sí, fue lo más atinado".
De hecho, en el caso de la actriz Daniela Ramírez, el alcotest estimó que llevaba 3.39 gramos de alcohol por litro de sangre. Una posterior alcoholemia ubicó el nivel en 1.6 gramos de alcohol por litro de sangre.
El alcotest mide el aire que está en el pulmón, mientras que la alcoholemia es un examen de sangre que se hace en un centro de salud.
Por su parte, el coronel de la Prefectura de Tránsito y Carreteras, Víctor Cancino, defiende los instrumentos donde se realizan el alcotest.