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Las dificultades que vivió Gustavo Gatica para poder ser atendido tras recibir perdigones en sus dos ojos

El enfermero que lo atendió en la calle, aseguró que Carabineros estaba lanzando lacrimógenas y disparando perdigones de forma intensa, por lo que no podían mover a Gustavo del lugar.

24Horas.cl TVN

Sábado 23 de noviembre de 2019

El 8 de noviembre pasado, el joven estudiante de la Universidad Academia Humanismo Cristiano, Gustavo Gatica, recibió perdigones en sus dos ojos mientras se encontraba recorriendo la manifestación en Baquedano para tomar registros fotográficos.

Como relata la crónica "La mirada rota de Gustavo" del diario La Tercera, dicha jornada era como tantas otras para Gustavo. Hacía un mes había comprado una cámara Sony con la que, desde el estallido social, tomaba imágenes en las concentraciones en Plaza Baquedano.

El estudiante de psicología siempre asistía junto a su amigo Matías Campos, compañero de universidad al que contactó minutos antes sufrir el ataque. Se habían separado en la manifestación, por lo que fijaron un punto de encuentro, al que Gustavo nunca llegó.

 

Como relató Jaime Bastías (50) a La Tercera, él se encontraba al lado de Gustavo cuando ocurrieron los disparos. No lo conocía, pero lo tomó de su brazo y prometió acompañarlo. Además de cumplir con aquello, quien le contó al hermano de Gustavo lo ocurrido.

En plena calle, Gustavo también recibió la ayuda de José González, enfermero voluntario que integra una unidad creada para brindar primeros auxilios en las marchas.

Según su testimonio, no podían moverse del lugar debido a la intensidad con que la fuerza pública lanzaba lacrimógenas y los mismos perdigones que habían herido a Gustavo, seguían siendo disparados.

"Carabineros daba y daba, no pudimos sacarlo y tuvimos que esperar más de 15 minutos con él en el lugar. Después se acercó un tipo con la camiseta de Colo-Colo, preguntó: “¿qué les pasa?”. Él fue a hablar con alguien más. De pronto vemos que se fue toda la Garra Blanca por Vicuña para tirar a Carabineros para atrás y despejar la salida", contó.

 

Solo en ese entonces pudieron avanzar con Gustavo y otros heridos a la ONG Voluntad Pura, del humorista Paul Vásquez, punto desde el cual fue trasladado hasta la clínica en la que hoy permanece.

Producto de todo lo anterior, Gustavo perdió la visión de uno de sus hijos y sólo el miércoles 20 de noviembre pudieron extraer los restos de perdigón que estaban alojados en su otro ojo, del que aún se tiene certeza de cómo quedará.