Este fin de semana se realizó una ceremonia para conmemorar los 10 años de la creación del llamado "Bosque de los Donantes" en el parque de Cerro Blanco, lugar que recuerda a las personas que decidieron donas órganos.
El acto contó con la participación del ministro de salud, Jaime Mañalich, quien expresó su preocupación por el alto número de ciudadanos que se han inscritos como no donantes: "Nuestra esperanza es que al transformar la decisión de no donar en una cosa mucho más formal, mucho más seria y mucho más independiente del acto de renovar la cédula de identidad, por ejemplo, en el futuro veamos que menos y menos personas quedan inscritas en el registro de No donantes”.
Las cifras se conocen a pocas horas de las modificaciones a la Ley de Donación Universal, que entran en vigencia este martes 1 de octubre, cuyo principal cambio se refiere a que todos los chilenos mayores de 18 años se transformarán en donantes, a menos que notarialmente expresen lo contrario.
Para el doctor Pablo Troncoso, uno de los directores de la Corporación del Trasplante, estas modificaciones no apuntan al problema de fondo frente al bajo número de donantes. "La esencia del problema no es legal, no vamos a aumentar el número de donantes por modificaciones a la ley".
"Este es un asunto que depende de la opinión pública y esta no ha sido trabajada de forma correcta en las soluciones del problema", agregó.
Según el director, una nueva estructuración deben generarse integrando la "cultura de la donación en la población", aplicando información y conocimientos que se enfoquen en crear un real cambio "los que podrían demorar años".
Opiniones que también comparte Matías Goyenechea, director de la fundación Creando Salud, quién apunta a la generación de una política que propicie el cambio cultural.
"Los problemas de salud deben ser impulsados por parte del Estado en diversas temáticas como Educación y Vivienda. En ese sentido, nosotros pensamos que debiera tomarse como premisa los contenidos de promoción de salud en colegios y liceos, para formar una cultura más saludable".
Ambos concuerdan que un cambio a nivel social es más propicio que tener que "obligar" a la ciudadanía ser donantes.
Una de las modificaciones que resultan más complejas se refiere a que en caso de que varias personas "se encuentren en igualdad de condiciones para la recepción de un órgano, el hecho de no estar inscrito en el Registro de No Donantes deberá tomarse en cuenta para priorizarlo respecto del que sí lo está", como informa la Ley 20.663.
Situación que para Matías Goyenechea no es aceptable desde el punto de vista de igualdad en la salud: "nos parece bastante delicado que se implemente un castigo a la persona que no es donante."
"Si bien me parece que es una política pública que puede tener aspectos positivos, si me parece insuficiente en muchos aspectos".
Mientras que en opinión personal para el doctor Pablo Troncoso, es una situación que traslada a la "dimensión ética bastante compleja", alejándose del concepto humanitario y difícil de llevar a la práctica.
"Yo creo que no va a encontrar un grupo médico que se base en sí una persona es donante o no, para tomar una decisión que es de orden médico".
El profesional agrega que también es muy importante contar siempre con el consentimiento de la familia en caso de existir dudas en la donación, situación que se incluye en las modificaciones a esta Ley.
Cambios que se implementarán desde este 1 de octubre, fecha en que se reconocerá a todos los mayores de 18 años como donantes de órganos. En caso de querer revertir esta situación, se deberá expresar ante notario. En primera instancia se había fijado un valor de $500 pesos por el trámite, pero finalmente se estipuló que la inscripción en el registro de no donantes tendrá un valor de $5.900 (documento privado) y $8.400 (escritura pública).