Crisis de confianza, caída en la imagen institucional y pérdida de adherentes.
Es parte del problema que enfrenta estos días la Iglesia Católica, tal y como recogió el programa de Informe Especial "Rebeldes en la Iglesia".
La evaluación ciudadana es cada vez más complicada, como reflejan, entre otros, los datos de la Encuesta Nacional Bicentenario en el periodo entre 2001 y 2011, que fueron analizados por diversos sacerdotes y actores preponderantes en el mundo de la fe.
Cristián del Campo, capellán de Un Techo para Chile, sostiene que "pedirle a la gente que crea en una Iglesia que está siendo cuestionada, es difícil".
Rodrigo Tupper, vicario general de la Arquidiócesis de Santiago, indica que "muchas veces nos hemos demorado en reconocer y en tener actitudes que nos ayuden a prevenir situaciones como las que hemos tenido. Nos hemos demorado y eso nos ha cobrado la factura en materias de credibilidad".
PÉRDIDA DE CONFIANZA
La confianza en los sacerdotes -entre los católicos- ha caído sostenidamente en los últimos diez años.
Ante la situación-pregunta "Enfrentado a una crisis personal, ¿recurriría a un sacerdote para recibir ayuda o consejo?", el 52% dijo que sí, de todas maneras. Sin embargo, diez años después, el mismo ítem pasó a un 23%. A su vez, el 12% respondió que no, de ninguna manera. Y una década después se incrementó a un 24%.
El factor más importante de la caída en la confianza es la cantidad de casos de abusos, particularmente abusos sexuales y de poder", sostiene Cristián del Campo. Y agrega que "muy ligado con eso también es el procedimiento que la Iglesia ha ocupado para tratar estos temas de abuso. Existe una autocrítica clara que debemos hacer del cómo nos enfrentamos a una sociedad cada vez más laica y abierta al respeto de la diversidad y las minorías. La gente espera de un sacerdote, más que palabras pasar a las acciones y debemos volver a las raíces".
Rodrigo Tupper concuerda con que los motivos más claros de los últimos años han sido los escándalos de abuso sexual. "Eso ha degradado la confianza de manera muy importante porque personas que estaban invitadas a ser un espejo de confianza de la cuál se podía fiar, resulta que hoy día aparece en actitudes contrarias", indicó.
CREDIBILIDAD EN JUEGO
Ahora si tomamos el ítem credibilidad, de cada cien personas, hace diez años había 61 que confiaban en la Iglesia y hoy ese número se reduce a 32.
"Hay una autocrítica que los propios obispos han hecho y han pedido perdón, porque muchas veces nos hemos demorado en reconocer y en tener actitudes que nos ayuden a prevenir situaciones como las que hemos tenido", explica el vocero general de la Arquidiócesis de Santiago. Nos hemos demorado y eso nos ha cobrado la factura en materia de credibilidad", agrega Rodrigo Tupper.
En cuanto a personas que creen que pueden ser justas y buenas sin la ayuda de la religión, el número se incrementa de 29% a 53% en 10 años.
Para el capellán de Un Techo para Chile, "en general estamos en un momento donde las instituciones están muy cuestionadas y pedirle a la gente que crea en una Iglesia que está siendo cuestionada, es difícil. Si bien aceptamos las críticas, porque es algo evidente, hay un clima de cuestionar todo. Ahora respecto de cómo ha enfrentado la Iglesia los casos de abusos, se ha avanzado bastante. La Iglesia de hace 10 ó 5 años era muy distinta a la de ahora, con todas las fallas que existen se está mejorando".
SE DETERIORA LA IMAGEN DE LA IGLESIA
Otro dato de la Encuesta Nacional Bicentenario se refiere a la imagen. En particular sobre la percepción de la gente respecto a que lado está la Iglesia. Si más cargada a los ricos o a los pobres, hay un termino medio en general. Pero el sector que la identifica con los ricos creció de un 21% a un 36%.
Si tomamos los datos de la encuesta sobre el ítem "Relegar a la Iglesia de las decisiones públicas"; en 2001 un 35% creía que la Iglesia debía ser tomada en cuenta y en 2011 cae a un 26%.
Cristián del Campo dice que "yo no le encargaría todos los reproches a los obispos, ellos tienen una tarea bien difícil que hacer en estos momentos. Las cifras de desconfianza no las podemos negar y es algo que está pasando y por eso debemos trabajar. La credibilidad es básica en la tarea diaria de los sacerdotes y eso se gana con actos. Hay muchos quienes trabajan en lo social que están realizando labores tremendas y es ahí donde tenemos que reencantar con trabajo a la comunidad".
Rodrigo Tupper insiste que para cambiar la imagen de la Iglesia es fundamental tener "una actitud de humildad de reconocer las faltas y los errores que hemos cometido y es lo que se está haciendo. No hay que taparlos y esconderlos. Reconocer que esa ha sido una realidad que duele, pero que está en nosotros. Y luego una actitud que nos desafía a un testimonio"
Tupper agrega que "la única manera de poder revertir la desconfianza es a través del testimonio de las personas de la misma institución y tiene que ver con la manera que muestro a la persona de Jesucristo. Es un llamado a la conversión de las personas y también de la institución".