"Estoy con la misma ropa con que me arrastró el río", dice una habitante de San Antonio. Los ciudadanos de esa localidad, que fue arrasada por numerosos aludes e inundaciones, han resistido aislados y sin comunicación.

Dicen necesitar agua, leche, petróleo para las máquinas. El pueblo quedó en un 90% bajo el lodo y el aluvión se llevó hombres y mujeres.

Incluso algunos trabajadores denunciaron a la empresa Futrícola y Exportadora Atacama de mantener con llave el sector donde pernoctaban algunos de sus temporeros, dejándolos sin posibilidad de escapar.

Vecinos aseguran que la fuerza del agua se llevó un container, que funcionaba como dormitorio, con trabajadoras dentro.

Para conocer las historias de quienes vivieron en el pueblo, hoy lleno de barro, puedes ver la nota completa realizada por Carolina Segura para 24 Horas: