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Material exclusivo: La sorprendente doble vida de Francisco Silva

24 Horas tuvo acceso a la última llamada que realizó el sospechoso del crimen del profesor Nibaldo Villegas a una expareja. Se trata de un diálogo revelador, al igual que el testimonio de la mujer. También conseguimos imágenes de su pasado, hasta ahora, desconocidas.

24Horas.cl Tvn

Jueves 25 de abril de 2019

"Yo puedo haber cometido muchos errores y puedo tener muchas pifias (sic), pero de ahí a matar a alguien... es harto el camino".

Con estas palabras, y sólo un día antes de ser detenido como sospechoso de la desaparición y crimen del profesor Nibaldo Villegas, Francisco Silva intentaba convencer de su inocencia a quien fuera una de sus antiguas parejas, a través de una llamada telefónica.

24 Horas accedió a este diálogo revelador con María (nombre ficticio de la entrevistada), una persona que conocía muy bien a este paramédico y guardia de seguridad. Durante los cuatro años que estuvieron juntos, ella fue testigo del carácter agresivo y violento que tenía este hombre de apariencia tranquila.

"CÓDIGO DE SUMISIÓN"

Si bien sintió "pánico" la primera vez que lo vio en una cita, la insistencia de Francisco terminó por convencer a María para que entablaran una relación amorosa. Sin embargo, el hoy imputado al poco tiempo mostró su lado más violento.

"Hubo una discusión en una oportunidad y me pegó, me pegó un combo, me tiró a la cama. En esa primera instancia, fueron golpes de puño. Después de eso, lo que siempre hace: pedía perdón y decía que nunca más lo iba a hacer. Quedé con un hematoma en la cara, pero no hice ninguna denuncia porque la primera vez pensé que nunca más iba a pasar", cuenta.

Aparte de este episodio, la mujer, muy atemorizada a esta altura, aceptó un "código de sumisión". Él la controlaba en todo: llamadas, amistades y también su apariecia, al estilo de un "Christian Grey" criollo. Esta actitud se vio fomentada por el constante adelgazamiento que comenzó a experimentar Silva, gracias a una cirugía estética.

CONSUMO DE DROGAS E INTERÉS POR LA PROPIEDAD DE SU PAREJA

A todo lo anterior, se sumó el consumo de drogas de Silva. Pese a que vivía endeudado, el consumo de sustancias alucinógenas le hicieron caer aún más. "Le pregunté y me decía que sí, que estaba consumiendo cocaína. Él comenzó a gastar mucho dinero", recuerda María.

Por otro lado, los deseos por independizarse hicieron que esta mujer, con gran esfuerzo, lograra reunir el dinero para pagar el pie de su casa propia. Sin embargo, Francisco Silva no pagó ni una sola cuota, pero aparecía como "codeudor", ya que los bajos ingresos de ella la dejaban fuera del alcance de un crédito sin aval.

En ese momento, se sumó un exacerbado interés del sospechoso del crimen del profesor Villegas por la propiedad: "Él me decía que a mi me iba a pasar algo y que él se iba a quedar con la casa, con el departamento. Que era tanto de él como mío (...) era una fijación que tenía con mi propiedad. Me decía que él iba a mandar a otras personas a hacerme daño. Me decía que él iba a mandar a otras personas a hacerme daño. Esa vez me pegó combos, me tiró al suelo, me pegó patadas", confiesa María.

SILVA SUGIRIÓ UNA "DOBLE VIDA" DEL PROFESOR NIBALDO

"Lo que yo he escuchado o lo que me ha contado Johanna es que el tipo tampoco era de los trigos muy limpios. El tipo veía mucha pornografía, le gustaban las niñas chicas, creo que andaba buscando travestis... el tipo parece que tenía su 'lado B' heavy".

Así describió Francisco a María en esa última conversación antes de ser detenido al profesor Nibaldo Villegas. Sin embargo, ¿de quién hablaba realmente?, ¿del asesinado docente o se miraba al espejo de su propia existencia?

Lo cierto es que 24 Horas accedió a material fotográfico inédito que muestra a Francisco en fiestas frente a la cámara con sugerentes poses sexuales y jugueteos eróticos con amigos.

María hoy recuerda a Francisco como una persona impredecible, que podía pasar de la calma a la furia sin motivo aparente o por nimiedades. Cuando ya terminaron su relación, el paramédico volvió a la casa de su madre en Valparaíso, donde tuvo una pelea familiar que terminó con un intento de suicidio y posterior internación de Francisco en una clínica psiquiátrica de Santiago.

Estuvo internado dos meses por "trastorno bipolar" y "problemas de control de ira". Sin embargo, cuando fue dado de alta la propia María fue a recibirlo. Se trató de un día que ella jamás olvidará, tal como relata a continuación:

"Comencé a arreglar las cosas, él entró a la pieza, al dormitorio, y como yo salí muy temprano no alcancé a hacer la cama y él vio la pieza y me preguntó que con quién había estado, qué hombre se había revolcado en mi cama y ahí comenzó de nuevo a insultarme, que era una perra, que era una maraca, que él se arrepentía de estar conmigo, que era una sucia y comenzó a golpearme la cara... me pegó varias veces golpes de puño en la cara. Yo alcancé a tomar el citófono y a gritar que llamaran a los carabineros. Él se quería ir y yo no sabía cómo retenerlo porque tenía que pagar por todo lo que me había hecho. Él se sentó en un sillón y se burlaba de mí, me decía que nadie iba a llegar, que nadie me iba a socorrer y yo para retenerlo tuve que, me sentí denigrándome yo misma y me tuve que subir arriba de él, besarlo, decirle que lo perdonaba, que nos ibamos a ir juntos, pero por dentro quería matarlo. Ya no aguantaba sus humillaciones hasta que golpearon la puerta, y gracias a Dios eran los Carabineros... De ahí ni siquiera me preguntaron qué me pasaba porque vieron mi cara deforme", es el testimonio de la víctima.

Hoy, la mujer vive aterrada. Retiró la denuncia como tantas víctimas de violencia intrafamiliar ante las amenazas de Francisco en su contra, y también en contra de su familia.