"Nos hacemos parte del dolor de la familia Luchsinger-Mckay de Vilcún". Así comienza el comunicado que la Misión Mapuche Compañía de Jesús hizo público luego del ataque incendiario ocurrido la madrugada del viernes, que dejó dos víctimas fatales, en la región de La Araucanía.
Los jesuitas y colaboradores que están presentes día a día con comunidades mapuches en Tirúa, región del Bíobío, manifiestan un rechazo total a los hechos de violencia generados en diversas ocasiones entre el pueblo originario y las autoridades de la zona, reafirmando su vocación de diálogo y paz.
"Reiteramos nuestro llamado al diálogo y la reparación histórica como único camino que establecerá una paz duradera. Pedimos celeridad y claridad en la búsqueda de los responsables de este cruel atentado evitando criminalizar a todo un pueblo. Así también pedimos que el Estado de Chile demuestre el mismo rigor y la misma fuerza en la condena de toda violencia y de todo asesinato en Arauco y en Araucanía"
La Misión expone firmemente que mientras el Gobierno no atiendan las raíces históricas de la demanda mapuche no se encontrará un camino de justicia que asegura la paz. " Vemos con preocupación que los caminos para una solución a los orígenes históricos de este conflicto son el gran ausente del debate acrecentando el dolor de quienes esperan hace muchos años"
Por último se refieren a que " la persecución policial, el uso de ley antiterrorista y la judicialización del conflicto no son las herramientas para una solución de raíz. Quienes por otra parte han desestimado el diálogo y atacado con violencia le hacen un daño muy grande a la histórica y justa demanda de reparación del pueblo mapuche. La violencia sólo conduce a más violencia" afirma Carlos Bresciani, encargado de la Misión Mapuche Compañía de Jesús.