La primera promesa fue para el primer semestre de 2010 y no se cumplió. La entrega de las instalaciones del Liceo de Aplicación ha sufrido diversos retrasos que mantienen a sus más de 2.000 alumnos totalmente hacinados.
Mientras esperan una fecha final, los estudiantes deben comer de pie, compartir salas y buscar otros lugares para las clases de Educación Física.
El Centro de Alumnos pide que la Municipalidad de Santiago se haga cargo del problema.