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"No comía y solo podía lavarme la boca": el relato de joven haitiano que pasó 44 días en el Aeropuerto de Santiago

Se trata de Francois Jean Dener, quien no pudo reingresar al país a pesar de tener la residencia temporal.

24horas tvn

© Agencia Uno

Miércoles 8 de diciembre de 2021

Una dramática historia vivió un joven haitiano que intentó regresar a Chile, pero que no logró su entrada hasta 44 días después de su arribo y que, por lo mismo, debió vivir en condiciones precarias en el Aeropuerto de Santiago.

Se trata de Francois Jean Dener, de 28 años, quien en 2018 llegó a nuestro país, momento en el que logró obtener su residencia temporal. Sin embargo, posteriormente, debió viajar de regreso a Haití debido a una emergencia familiar.

Tras ello vino la pandemia y sólo ahora pudo volver al territorio nacional.

No me pude volver altiro, mi visa se venció. En el consulado de Chile no pudieron hacer nada, porque me repetían todos los días que no se podía. Después vino el Covid-19 y se retrasaron todas las cosas", contó a LUN.

Así, el 10 de octubre de este año pudo volver a Chile, instancia en la que el departamento de Migraciones del terminal aéreo, le dijeron que el documento que traía no le servía y que debía ser devuelto al lugar donde embarcó, luego de cumplir una semana de cuarentena.

Tras dicho aislamiento, fue devuelto al aeropuerto y sólo 44 días después pudo salir de él, cuando la Corte Suprema revocó la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, la que había ratificado su prohibición de entrar al país.

"En el aeropuerto se puso todo muy complicado, porque no comía (...) Podía comer solamente arroz blanco con pollo o carne y lasaña. Nada más". A dichos alimentos accedía cuando la aerolínea que lo trajo al país venía a Chile y le entregaba un ticket.

Además, contó al mismo medio que "no me podía duchar, limpiar. Después solamente me podía limpiar la boca (cepillado de dientes) y cambiarme la ropa sin ducharme (...) Me llevaron a una habitación con un refrigerador. No me podía comunicar con mi familia, con nadie. No tenía ni cargador del celular. No sabía si era de día o era de noche. Nada de nada".

Tras la resolución que le permitió salir del Aeropuerto, se trasladó hasta Requínoa, donde vive con un tío y lugar en el que se está recuperando. “No tengo fuerzas”, precisó, por lo que tampoco ha podido reintegrarse al mundo laboral aún.