Hace cinco meses que no recibe un sueldo y a pesar de ello sigue haciendo clases a sus siete alumnos.
Es la historia de Cristián Contreras, el único profesor de una alejada escuela rural de Hualqui, en la Región del Biobío.
Desde que la sostenedora de la escuela Santo Domingo Hualqui falleció en abril, el establecimiento está a la deriva porque no dejó posesión efectiva ni heredero, por lo que no hay quien reclame los fondos de la subvención.
El docente explicó que pese a las dificultades asiste a su trabajo por los niños, "porque ellos necesitan de mi. Ellos son niños rurales que caminan bastante para acá. Ellos llegan todos los lunes y yo no he fallado desde el día que falleció mi jefa hasta ahora".