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Raquel Argandoña: "Hernán está pagando por ser mi hijo"

La animadora de televisión confesó que considera su nombre como una maldición y que toda la exposición mediática alcanzada por el caso, se debe a lo mismo.

24horas tvn

Domingo 23 de agosto de 2020

Una compleja semana ha enfrentado la animadora de televisión, Raquel Argandoña, luego de que su hijo Hernán Calderón Argandoña, fuera detenido y formalizado por el delito de parricidio frustrado contra su padre, el abogado que lleva el mismo nombre.

El joven de 23 años se encuentra cumpliendo la cautelar de prisión preventiva en una clínica psiquiátrica del sector oriente, donde está custodiado por personal de Gendarmería durante las 24 horas del día.

Frente a todos los hechos y a la gran exposición mediática que ha generado el caso, la animadora confesó en conversación con el diario La Tercera que "ya no quisiera llamarme Raquel Argandoña, porque mi hijo está pagando por ser hijo de Raquel Argandoña. Es un peso muy grande ser mi hijo en este momento, es una carga. Es una maldición llamarme como me llamo (…). ¿Tú crees que si yo me llamara Juana Salas los canales de televisión habrían hecho esta carnicería? ¿A quién le habría importado? Habría sido un caso más de violencia intrafamiliar. ¿Por qué tiene tanta publicidad? Porque es mi hijo, por eso estamos hace días en todos los canales".

Además, precisó que su hijo nunca tuvo la intensión de matar a su padre. "Esto es violencia intrafamiliar, pero le están dando el título de parricidio y eso saben perfectamente que no es así. Yo no justifico lo que hizo mi hijo, es obvio que necesita un castigo, pero también tiene que tratarse. Tratarse él, tratarme yo, tratarse su hermana y el papá. Somos un desastre como familia. Y yo lo mantengo, de verdad".

Respecto de posibles responsabilidades, Argandoña enfatiza que sus hijos vivieron su niñez con una nana, ya que ella estaba trabajando en Pelarco y, su esposo en ese entonces, Hernán Calderón Salinas, la acompañó, dejando a los menores en Santiago.

Tras la separación, la situación no fue muy distinta, ya que ambos mantenían trabajos que no le permitían pasar mucho tiempo con ellos. "Ambos trabajábamos y los dejamos abandonados, a cargo de su nana de toda la vida, a quien yo le agradezco mucho, pero dicen que el cariño de papá y de mamá no lo reemplaza nadie (…). Hace muchos años, a uno de mis hijos le salieron unos piojos blancos; dicen que esos aparecen por la soledad".

Por último, aseveró que Nano no es un asesino: "No estamos frente a un asesino. Doy la vida de mi madre y la mía, mi hijo no es un asesino".