Uno de los diez ex militares condenados por delitos de lesa humanidad que cumple condena en el penal de Punta Peuco, capitán (r) de Ejército, Carlos Herrera Jiménez, escribió una sentida carta de arrepentimiento por sus actos durante la dictadura de Augusto Pinochet. En la misiva, el ex militar reconoce haber causado "dolores y zozobras en los momentos que participé en la implementación de políticas de seguridad pública en el gobierno militar", sin embargo, no detalla algún hecho en particular en el cual haya tenido responsabilidad.
De igual forma, el ex uniformado manifiesta su conversión a la Iglesia Anglicana. En ese marco, señala en uno de los pasajes del texto que "con seguridad, no he terminado de reconciliarme con mis connacionales, pues más de alguien pudo haber quedado dolido tras mi accionar en los servicios de seguridad".
Revisa a continuación el contenido completo de la carta leída en el comentado acto realizado esta mañana en el recinto penitenciario:
"Estimados amigos y compañeros de prisión:
Quiero testimonear en esta mañana que aquí en Punta Peuco, y mediante los buenos oficios de los hermanos y amigos de la Iglesia Anglicana, conocí a Cristo aceptándolo como Señor y Salvador. Estoy también en camino de comprender la palabra de Dios contenida en la Biblia.
En Mateo 5:23 y 24, el Señor nos dice "(...) Por lo tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra tí, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda (...)".
Entiendo el concepto ofrenda como mi participación en esta ceremonia. En otros pasajes bíblicos, el Señor nos dice que la oración tiene estorbos cuando no se respeta debidamente Su palabra. Con seguridad, no he terminado de reconciliarme con mis connacionales, pues más de alguien pudo haber quedado dolido tras mi accionar en los servicios de seguridad.
y también produje grandes dolores a mi familia, que han sufrido lo indecible por esta situación, sumándose a ello discriminaciones laborales con mis hijos, y escolares en el caso de uno de mis nietos. Mi madre murió esperando verme liberto. Entonces, y desde esta tribuna, sinceramente pido ser perdonado por quienes les produje dolores y zozobras en los momentos que participé en la implementación de políticas de seguridad pública en el gobierno militar, y en el caso de mi familia, perdón por los malos momentos. Acerca del delito por el cual estoy preso, en el año 2000, me disculpé con la familia de la víctima, teniendo -Dios mediante- buena acogida.
Les solicito acompañarme en una oración. Padre celeestial: Gracias por tu presencia y la de tan distinguidas visitas. Te pido que el Espíritu Santo ilumine las mentes y los corazones de quienes he provocado dolores y quieran aceptar estas sinceras disculpas, contribuyendo (sic)-en la medida de lo posible- al necesario reencuentro de los chilenos; en el nombre de Cristo Jesús, que así sea. Gracias.
Carlos A. Herrera Jiménez".
24HORAS.CL TE RECOMIENDA:
Estos son los 10 condenados en Punta Peuco que pidieron perdón en ceremonia ecuménica