Representan una pérdida de 50 mil litros de agua por hora o, para hacerlo más gráfico, 100 mil botellas de medio litro llenas.
Ese es uno de los principales problemas que representa la apertura ilegal de grifos en la capital, donde diariamente son forzados entre 300 y 500 de estos dispositivos para capear el calor, señala El Mercurio.
El presidente de Aguas Andinas, Felipe Larraín, indicó que en Santiago hay alrededor de 22 mil grifos y que la situación más crítica se de en las comunas de Conchalí, Pudahuel y Cerro Navia.
Una vez que uno de estos dispositivos es abierto a la fuerza no solo se pierden miles de litros de agua, también disminuye la presión del agua en las casas vecinas e incluso puede dejar sin abastecimiento algunos domicilios o las redes necesarias para combatir incendios.
Larraín agregó que la fuerza del agua además causa problemas en el pavimento de las calles.
Para evitar este problema, Aguas Andinas junto a la Intendencia Metropolitana y Bomberos iniciaron una campaña para generar conciencia y crearon 60 plazas con surtidores de agua para la población, con un sistema controlado del nivel de agua.
"El tema de la sequía no es una situación menor, ya que llevamos tres años secos y ya entramos al cuarto", indicó el presidente de la sanitaria.
El ejecutivo agregó que la empresa ha invertido 100 millones de dólares en planes antisequía y obras de seguridad para enfrentar de mejor manera diversas emergencias, como los aluviones en las zonas cordilleranas. Por esta inyección de recursos, las cuentas de agua podrían subir hasta nueve pesos por metro cúbico.