Un 27 de marzo de 2006, en la comuna de Puente Alto, la aparición de un perro que trasladaba en su hocico una pieza humana fue lo que originó uno de los casos policiales más importantes del país.
Esa única pista dio paso para que se investigara en el sector a quien correspondía y fue así como finalmente se encontraron en distintos sectores de la población Marta Brunet los restos del joven de 21 años, Hans Pozo.
Los tatuajes y después las huellas dactilares permitieron conocer la identidad de quien había sido descuartizado y repartido por el sector sur de la ciudad.
Se trataba de un joven que hace años había sido abandonado por su familia, que consumía drogas y tenía antecedentes por robo.
Tras conocer la identidad de la víctima, la policía tenía una segunda misión, dar con el paradero de quien había asesinado a Pozo.
Para eso, los fiscales a cargo del caso llegaron al circulo más cercano del joven y algunas personas que compartieron con él, mencionaron a Jorge Martínez, dueño de una heladería y quien se transformó en el otro protagonista del puzzle policial.
Tras ser citado dos veces por la Fiscalía, Jorge Martínez, quien habría mantenido un vínculo cercano a la joven víctima, se quitó la vida, sin haber entregado ningún antecedente del caso.
La policía encontró sangre de Hans Pozo en el vehículo de Martínez y también se presume que los restos del joven estuvieron en los refrigeradores de su heladería.
El 18 de abril del año 2013 se decide cerrar el caso debido a la falta de nuevos antecedentes y a que el presunto culpable se encuentra muerto.
A los 10 años de uno de los casos más misteriosos y complejos de investigar, el recuerdo de Hans Pozo se mantiene vivo gracias a una animita que se emplaza donde fueron encontrados sus restos.
Fotos: 24Horas