La propuesta de la destituida directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), Francisca Florenzano, de retirar la marihuana de la lista de drogas duras, revive el debate por el uso terapéutico de esta nuevamente está sobre la mesa.
Esto, porque no sólo abre la opción del uso de medicamentos en base a cannabis —algunos de ellos ya aprobados el año pasado por el Instituto de Salud Pública (ISP)— sino por la posibilidad a la que podrían acceder algunos pacientes para cultivar sus plantas.
Sergio Sánchez, médico asesor de políticas de drogas, señaló en 24 Horas en la Mañana que la propuesta permitirá proteger legalmente a quienes necesiten consumir y que actualmente lo hacen escondidos.
Agregó que no es correcto asegurar que al cambiar la marihuana de lista vaya a aumentar el consumo, ya que pese a que esta sustancia es ilegal actualmente, de igual manera hay un gran porcentaje de la población que la usa.
"No es una medida que se vaya a alterar según la legalidad de la sustancia", aseguró.
Sánchez explicó también que se ha comprobado que la cannabis ayuda a enfermos de esclerosis múltiple, a controlar grandes dolores relacionados a otras enfermedades como el cáncer, jaqueca, artritis, lupus y como estimulante del apetito.
Al permitir que los pacientes tengan su planta se le entrega el poder de manejar su propia terapia y acceder a una alternativa ante los medicamentos.
"El costo de tener una plantita en tu casa no es tan alto como el de acceder a ciertos fármacos que no están cubiertos por el Auge y sería interesante ver cómo podría ser una ayuda a estas personas", sostuvo.
El doctor añadió que para controlar que el uso sea sólo de pacientes se podría permitir el autocultivo con receta médica como cualquier otro fármaco.