La directora nacional del Servicio Nacional de Menores, Rosario Martínez, se refirió a los hechos de violencia ocurridos en la residencia Carlos Macera de Talcahuano, donde dos adolescentes fueron baleados por personal de Carabineros.
De acuerdo a los antecedentes que se han entregado, el miércoles por la tarde, uno de los jóvenes del lugar tuvo una crisis que no pudo ser controlada por quienes desempeñan labores ahí, por lo que se llamó al personal de salud y fueron ellos quienes se comunicaron con la policía.
"Tenemos en esta residencia a chicos con diferentes problemáticas que hacen que en diferentes momentos se descompongan y esos momentos de descompensación, trabajamos con los equipos de las residencias para que se tranquilicen", explicó a 24 AM Martínez.
Continuó relatando que "sin embargo, hay situaciones que escalan, que son más difícil y en esas situaciones, se le pide ayuda a los equipos de salud mental para que nos apoyen. Y ese protocolo incorpora la llamada a Carabineros, para que puedan resguardar y asegurar la zona completa".
A pesar de ello, "lo inédito es la violencia con la que actuó carabineros en el lugar. Lo normal es que carabineros sólo entren cuando sea necesario y entendiendo que son niños (...) Son niños que están en su casa (...) por lo que el trato debería ser más suave, con muchas más habilidades y eso no es lo que ocurrió".
Por todo lo ocurrido, el Sename presentó una querella por lesiones graves gravísimas, "porque el procedimiento no corresponde a lo que debió haber sido", enfatizó.
"Los niños están en una residencia porque sus derechos ya han sido vulnerados anteriormente y nosotros estamos para protegerlos. La acción es desproporcionada, fuera de foco, no sólo genera heridas en los niños lesionados, sino que también generó una descompensación masiva de los todos los niños del hogar", sentenció.
Por último, debido a las múltiples denuncias que se presentaron en el mes de agosto respecto de abusos, violencia y otros delitos cometidos por el personal dicha residencia, Martínez aclaró que se presentaron querellas y las acciones correspondientes.
Además, "lo que se le pidió a la fundación es que cambiara a todo el equipo. No hay ningún funcionario que trabajara en dicha época", explicando que no es tan fácil retirar a todos los niños de ese lugar, ya que existe una orden emitida por un tribunal, la que debe ser respetada.