El sacerdote Samuel Arancibia abrió el debate sobre la asistencia espiritual a enfermos graves, luego de la negativa que recibió en un hospital público para darle la unción de los enfermos a un paciente que se encontraba grave.
A través de un video en redes sociales el religioso cuestionó el rechazo que recibió para entregar el sacramento a un enfermo que no tenía coronavirus.
"Esta persona a la cual se me negó poder atender no tenía COVID y eso quizás también hizo que yo sintiera especialmente esa impotencia porque no había probabilidad de contagio, y sin embargo no pude entrar", dijo en conversación con 24 Horas.
Samuel Arancibia, que pertenece a un grupo de más de 30 religiosos que fueron capacitados hace más de un año para entrar a recintos hospitalarios bajo recomendaciones de la OMS, relató cómo ha sido su experiencia durante la pandemia.
"Me ha tocado desde mi celular poder llamar a las familias, ahí junto a la cama de su familiar enfermo, poder rezar con ellos a través de una videollamada y que ellos se despidan", dijo.
Actualmente la emergencia sanitaria ha impedido en ocasiones que sacerdotes entreguen el sacramento de la unción de los enfermos, pese a que está permitido por ley.
Es por esto que para el padre Arancibia sentenció que se debe buscar una fórmula para que sea una experiencia que de alguna manera reconforte a la persona que está agonizando y a sus familiares.
"Yo creo que se puede llegar a un sistema en que realmente esta experiencia, que ya es dolorosa en si misma, sea una experiencia, me atrevo a decir, bonita", cerró.